miércoles, 23 de octubre de 2013

En blanco...


Y mi cabeza se vació de palabras, por llenarse mis ojos de sentimientos.
Y mi lengua se la llevó alguno de los felinos que comparten mi cama cada noche.
Y tenía que pasar esto tarde o temprano. Que la vida son subidas y bajadas.
Y hoy tocaba desatarse la tormenta de emociones.
Y hoy no hubo charlas a medianoche.
Y hoy la garganta y el alma me escuecen demasiado, pero mi sangre sigue limpia. Superé la prueba.
Y mañana llegará y será otro día y sonará el despertador y cogeré el bus y todo lo demás de todos los días.
Que seguirá saliendo el sol cada mañana, tenga palabras o no en mi cabeza, tenga compañía o no por las noches...


viernes, 11 de octubre de 2013

Días gris humo



Y ya llegaron los días gris humo, las mañanas con niebla, las noches de tormenta desvelada, que hay que soportar a pelo y sin anestesia, apretando los dientes, mordiendo la almohada, gritando al techo cuando ya no se puede aguantar más, sin una mano cerca donde clavar las uñas. Porque ya no hay más, no hay otra opción, lo de antes ya no vale, hay que zambullirse en el dolor de lleno y flotar sin flotador.
Aunque la cuenta bancaria se sonroje como una adolescente, aunque los amigos pongan pies en polvorosa, aunque la familia sea inexistente. Sea como sea, el mal parto hay que sufrirlo sin epidural, la quemadura soportarla sin una mísera pasta dentífrica.
Porque los días azules volverán, el banco dejará de sangrar, los amigos regresarán, la quemadura sanará, la tormenta amainará, la travesía por el desierto acabará y podré volver a respirar hondo mirando a lo lejos...


sábado, 5 de octubre de 2013

Déjala marchar


"Solo necesitas la luz cuando se está consumiendo."

Infinitos ojos marrones y acento porteño. Suaves movimientos de manos. Sonrisa tímida y miradas evasivas. En tu interior un vacío que llenaste con veneno. Te imagino melena al viento, estrellas en los ojos, flotando sobre los árboles en una noche de luna llena, por fin libre, joven y sana para siempre.

En la mesa quedó tu cesta, vacía y sola como tu cuerpo...Pero debo dejarte marchar, como las hojas en otoño. Y yo debo seguir con mi vida, con mi montaña rusa sin anestesia, con los días azules y con los gris humo. Debo dejarte marchar, porque ya no perteneces a esta tierra de risas y lágrimas...


Dedicado a Lorena, estés donde estés, espero que en un lugar mejor...